Los instrumentos de cuerda siempre me cautivaron.
No vengo de una familia con tradición musical. Sin embargo, en mi casa había un piano que venía de la casa de mi abuela materna en donde mi hermano aprendió a tocar. Mi madre de joven había tomado clases de acordeón, pero nunca lo supe hasta que encontré el acordeón en casa, tiempo después de su muerte. Hoy me acompaña como una reliquia muy querida y forma parte de mi escenografía familiar.
Hace poco escuché por primera vez el sonido en "solitario" del arpa en su plenitud.
El sonido vibratorio de las cuerdas me envolvieron como un mantra, y viajé a un espacio de fuertes emociones que no puedo volcar en palabras. Empecé a llorar sin ningún motivo aparente. No me lo cuestioné, solo me dejé llevar por las sensaciones....
Aquí comparto apenas unos segundo "mágicos" de esa bella música.
Gracias Fabián por el disfrute de tan increíbles melodías !!
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