Con mucho cariño y gratitud, reproduzco una breve entrevista que le hiciera a la Sra. Charlotte S. de Grünberg Z"L para la Revista de los Amigos Uruguayos de la Universidad Hebrea de Jerusalem en el Uruguay (2018).
Siempre recordaré su generosidad, su trato cálido y respetuoso, y su inspirador ejemplo de vida y de superación.
El encuentro con la Sra. Charlotte S. de Grünberg, Directora General de la Universidad ORT en el Uruguay, fue un privilegio que pocos tienen. Detrás de la silueta pequeña y elegante de esta mujer extraordinaria - de mirada penetrante y actitud firme - se descubre un ser humano lleno de sensibilidad y amor. Su experiencia de vida es un ejemplo de determinación frente a la adversidad, pero también de fe en la capacidad del hombre.
Charlotte, ¿Cómo fueron sus inicios en la ORT?
Mi relación con la ORT surge en el año 1979 a partir de mi formación como docente de inglés y francés como segunda lengua. Me interesó mucho el tema de la enseñanza de segundas lenguas, por lo que viajé a Francia a especializarme en dicho campo a través del uso de sistemas audiovisuales. En su momento, el único laboratorio de lenguas que había en Montevideo estaba en la ORT y como consecuencia de ese contacto, la ORT me propuso realizar un estudio para entender por qué el laboratorio no había dado buenos resultados. Ese informe viajó a la sede de ORT en el mundo y después de 6 meses empecé a trabajar para la puesta en marcha del laboratorio. En el primer año, formé a docentes en las técnicas básicas de la enseñanza audiovisual y se matricularon 100 alumnos para tomar clases de inglés en base a ese método. Después de este período, me ofrecieron tomar la dirección general de la organización. Esta fue mi primera experiencia en una organización judía, que nació en 1880 en Rusia como una escuela de oficios para ayudar a los judíos a salir de los guetos y trabajar. ORT fue de enorme utilidad en la creación del Estado de Israel, poblándolo de escuelas secundarias.
¿Cómo fue el proceso que transitó ORT para convertirse en una Universidad de prestigio y excelencia académica?
Cuando comencé en la ORT, ésta contaba con cursos técnicos y ofrecía clases para los alumnos que cursaban los dos últimos años de secundaria. En total eran unos 150 alumnos entre las dos divisiones. Después de algunos años, la ORT logra el reconocimiento como bachillerato técnico. A principios de los años 80, se crea la Educación Creativa para introducir tecnología, artes y oficios en el sector preescolar y primario. Cuando la ORT pasa a ser Instituto Tecnológico, comenzamos a apoyar a las escuelas con proyectos, instalando laboratorios y enviando docentes para que los alumnos pudieran llegar más preparados al liceo. Vimos que se venía la tecnología de punta. El año que viene, ORT cumple 75 años desde que empezó en Uruguay en 1942 y ya estamos cursando los 20 años como la primera universidad privada del país, después de la promulgación de la ley universitaria.
En oportunidad de la presentación de su libro "La niña que miraba los trenes partir", usted menciona - entre otros puntos sobresalientes - el concepto de una "realidad pedagógica útil". ¿A qué se refiere con esta expresión y qué idea encierra la misma?
Se sabe mucho sobre el Holocausto, pero lo que se sabe menos es sobre los episodios de los niños escondidos, que es mi caso. Esto es una tremenda realidad actual con los niños que se van sin sus padres desde distintos rincones del mundo en busca de supervivencia. ¿Qué vida tienen? Me he sentido muy identificada con estos niños que no llegan a ser niños escondidos, pero que están igualmente sin sus padres para llegar a algún lugar. Hay organizaciones como ORT que estuvo en el Gueto de Varsovia.
¿Qué significaba trabajar hasta la liquidación? La idea era que cada individuo formado, si lograba salir del gueto, iba a tener que ganarse la vida. Nadie podía prever en ese momento que, además de la liquidación del Gueto, la gente que se iba en los trenes - y que yo veía pasar - no tendría la oportunidad de sobrevivir. Hoy nos encontramos con falta de material de estudio para los niños. Después de mucho esfuerzo, el Ministerio de Educación y Cultura aceptó que, por ejemplo, la ORT dicte cada dos años un curso sobre Shoá para docentes de secundaria estatal, hablando solo sobre el Holocausto. Hay que separar la Shoá del Río Ganges. No es que no sea un genocidio, sino que es un genocidio con particularidades y es el genocidio más estudiado por los propios judíos - hayan sido o no víctimas directas de la Shoá. Nos preocupamos por escribir y crear instrumentos de educación. Los judíos hicimos nuestros deberes en estudios, películas, tomando lo que el nazismo nos quitó para poder explicar.
Después de la Shoá; ¿Cómo se sigue creyendo en el hombre?
No creer en el hombre es dejar de vivir. Siempre hay que creer en el hombre y en la educación. La gente que asistía a las universidades alemanas, a las que me refiero como las "bellezas diabólicas", y que se volvió nazi, fue influenciada por el nazismo. Existían grandes filósofos en esas universidades que se sometieron al nazismo. Por eso digo que para sentir la persecución no se necesita ni muros ni guetos. Debemos centrarnos en la educación.
Comparto con Uds. la reflexión que me hiciera llegar la Sra. Charlotte S. Grünberg en ocasión de publicar mi libro "Hasta que no estés en su lugar", Huellas del Holocausto Judío, en la memoria de Mónica Wartenberger, hija de sobrevivientes:
"Leí su libro y la felicito por haber logrado la traducción al alemán. Espero que sea un éxito en Alemania y otros lados. Están desapareciendo las últimas víctimas directas de Hitler y Auschwitz... El relato histórico largamente probado a través de los años debe ser un imperativo del carácter único del evento, a pesar de las distorsiones que surgen a través de las redes sociales, algunas de ellas totalmente alejadas de la verdad histórica. Con la desaparición de los relatos de los testimonios de las vivencias directas de los sobrevivientes, la emoción que provocan estos relatos desaparece en forma inapelable. ¿Cómo enfrentarlo? El recuerdo de la Shoá debe permanecer insoslayable para las generaciones futuras. Para la humanidad toda, porque a la hora de las redes sociales y de la inmediatez hay que invertir tiempo en pensar y hacer reflexionar a los jóvenes". Charlotte S. Grünberg