Así lo denominó el conocido historiador judío Simón Dubnow al referirse a la figura de este gran escritor y clásico de la literatura idisch, de cuyas creaciones emerge un profundo conocimiento de sabiduría talmúdica, tradición y folklore judío.
El rabino Schólem Rabinóvich nació en la provincia de Poltava en Rusia en 1859 y desde joven comenzó a escribir. El idioma ídisch fue la lengua sobre la cual se erigió el universo ilusorio de Schólem Aléijem.
“El maestro de la risa judía “- como cita Samuel Rollansky - en su libro sobre el autor, tiene la extraordinaria capacidad de provocar la risa y el humor, en personajes inmersos en historias de dolor o amargura.
Pocos como Schólem Aléijem reflejan la sabiduría judía expresada en los relatos y cultura del judío de pueblo como él. En los dichos populares, en donde sus personajes muestran sus pensamientos y sentimientos respecto a la vida, la fe y la esperanza, captando no sólo al judío en su condición de tal, sino a la esencia del ser humano universal. Introduce con gran fuerza los monólogos - como en el famoso personaje de “Tevie el lechero” – en dónde a pesar de la pena, Tevie no pierde su actitud optimista frente a la vida.
Dio vida en sus personajes al judío errante - temeroso por su vida - en una Rusia en donde imperaba un fuerte antisemitismo y que padecía el flagelo del régimen zarista. Supo pintar distintos tipos sociales, ser un analista crítico de los cambios sociales dentro de la vida judía y mostrar que el judío de pueblo también puede ilusionarse con conocer el mundo y abandonar su “lugar” en busca de mejores condiciones de vida.
Como el propio Schólem Aléijem lo decía: “Reír es saludable. Los médicos recomiendan reír”. A decir de muchos, la risa como antídoto para quebrar el llanto y expandir el espíritu ante el sufrimiento.
Nota para la Comunidad Israelita del Uruguay
Fecha de publicación: Octubre 2016
FUENTE:
Samuel Rollansky – “Schólem Aléijem” (Biblioteca Popular Judía)
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